Una fianza judicial penal es un tipo de garantía que una persona (normalmente el acusado o su defensor) presenta ante un juez para asegurar el cumplimiento de una obligación relacionada con un proceso penal. Su propósito principal es garantizar que el acusado se someterá a las decisiones del juez y no huirá del proceso, entre otras razones. En muchos casos, la fianza permite que el acusado quede en libertad provisional durante el juicio, bajo ciertas condiciones establecidas por el tribunal. BENEFICIOS: Libertad provisional: Si se concede la fianza, el acusado puede quedar en libertad durante el proceso penal, lo cual le permite seguir con su vida personal y profesional mientras se lleva a cabo el juicio. Derecho a la presunción de inocencia: La fianza permite que el acusado continúe siendo tratado como inocente hasta que se demuestre lo contrario, ya que el principio de presunción de inocencia sigue siendo válido. Evitar la prisión preventiva: Al establecer una fianza, se evita que el acusado pase tiempo en prisión preventiva, lo cual puede ser una medida gravosa, especialmente si el acusado es inocente o si la duración del juicio es incierta. Facilitar la defensa: Estando en libertad, el acusado puede tener más facilidad para acceder a su defensa legal y preparar su caso con mayor libertad, lo que puede ser crucial para el desarrollo del juicio.